Los videojuegos son ahora un arte y una profesión en constante crecimiento, al igual que los animes que nos sumergían en historias donde deseábamos ser los protagonistas. La vida de un Otaku o Gamer, antes cuestionada, ahora es parte de una comunidad en expansión. A medida que la vida avanza, las horas dedicadas a esta pasión parecen nunca ser suficientes, pero siempre habrá un juego que inspire y haga que cada hora valga la pena.
Para mí, el mundo cosplay está unido por el amor de traer a tu personaje favorito a la vida, aunque los procesos son muy complicados, al final del día la recompensa por un trabajo bien logrado es el lucir tu cosplay y ver cómo las personas te felicitan o se sorprenden y te piden fotos. En mi caso, poco a poco he ido mejorando y dando mi toque personal a mis personajes y eso creo que es lo que más destaca de cada cosplayer. Espero perfeccionarme cada vez más, y seguir conociendo este arte maravilloso.